Ganador de un premio Goya, brillante como solista o como socio de Poveda y Duquende, un elegido: el flamenco ha dado pocos compositores y guitarristas tan sólidos e influyentes como Juan Gómez, Chicuelo. Marco Mezquida: músico total, rotundo, creador de un pianismo único, que se enriquece en la diversidad, que no ha parado de sorprender desde su irrupción en la escena europea.

Cruce de caminos de dos personalidades artísticas tan nítidas como dúctiles. Una intersección marcada por la autenticidad, la admiración mutua y la entrega absoluta a la música. Marco Mezquida y Juan Gómez, Chicuelo, se encuentran, no se preguntan de dónde vienen. Dos que suenan, que respiran en un idioma llamado arte, conversan y conversan desde teclas y cuerdas. Hablan música en la lengua del ‘Mare Nostrum‘. Nos cuentan la música que pinta un puerto, música que es como el agua: se agita, se mezcla y, así, el agua es el mar, el mar es agua y es un agua que es todos los mares. Así las músicas navegan, convergen. Así suenan Marco Mezquida y Chicuelo. Su primer disco, el laureado Conexión, los ha llevado a actuar por Europa y América.